Para Mons. De Brésillac es el inicio de una espera, gracias a Dios está muy ocupado en sus predicaciones para reclutar candidatos y recoger dinero para su futura misión. De vez en cuando escribe a Propaganda para ponerle al corriente del estado de su proyecto y desea recibir lo antes posible la noticia de su nombramiento.
En Abril de 1857 Propaganda toma la decisión: será en Sierra Leona donde Mons. De Brésillac será más útil. El 27 de Abril el cardenal Barnabo le comunica la noticia por carta ¡pero la carta se pierde!
Por fin la respuesta
Como no recibe noticia alguna de Roma, el 28 de Agosto, Mons. De Brésillac, pide noticias con mucha delicadeza: “Creo haberle escrito de nuevo poniéndole al corriente de la situación de mi empresa y solicitar de la Sagrada Congregación que me sea permitido ir a abrir una misión en uno de los lugares más abandonados, especialmente en el Dahomey si me otorga su autorización”.
El cardenal Barnabo se da cuenta de que no ha recibido su carta del 27 de Abril y le envía una copia el 12 de Septiembre de 1857 y Mons. De Brésillac se entera de que “Respondiendo a diversas cartas de su eminencia a la Sagrada Congregación deseando ser enviada con sus socios al Dahomey con el fin de fundar allí una misión católica, me apresuro a decirle que, según las informaciones desfavorables que hemos recibido sobre la situación de nuestros misioneros en esos lugares, no se puede establecer esa tan deseada misión (…) (Si acepta asumir la responsabilidad del vicariato apostólico de Sierra Leona) podría fácilmente realizar sus deseos para el bien de esos pueblos que desde hace tiempo reclaman la presencia de misioneros católicos”.
El 25 de Septiembre de 1857, Mons. de Brésillac da a conocer la reacción de la SMA:
“Enseguida. Eminencia, di a conocer el contenido de esas cartas a mis asociados y tengo el placer de comunicarle que al instante aceptaron con espíritu de desprendimiento, que espero continúe animando nuestra Sociedad, del primer proyecto de iniciar nuestra obra en Dahomey para aceptar pura y simplemente la opción de la Sagrada Congregación de la Propaganda”.
Pierre Trichet. SMA
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