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Mons. de Bresillac será enviado a Sierra Leona
Pierre Trichet, SMA

El informe de Mons. De Brésillac pidiendo ser enviado al Dahomey estaba fechado el 4 de Enero de 1856. El secretario de Propaganda, Mons. Barnabo, lo examina rápidamente y constata que esa zona ha sido confiada a la congregación del Espíritu Santo.


   

Dos vicarios apostólicos administran este enorme territorio: Mons. Bessieu, en Gabón, y Kobes en Dakar. El 14 de Enero Mons. Barnabo escribe a Mons. Bessieu a Dakar (¿un error ?) para comunicarle el deseo de Mons. De Brésillac y le pregunta si le parece prudente fundar esa misión y si puede dar frutos. (Una copia de esta carta se conserva en los archivos de Propaganda, Letere e Decreti, vol. 347. Fol 24 V)

Ruegos insistentes del cónsul de España en Freetown
De Dakar responde Mons. Kobes el 25 de4 Abril de 1856: “<En mi opinión habría un medio de establecer una misión en Ouidah tomando contacto con la Casa Regis, una compañía comercial establecida en Marsella que tiene una factoría en Ouidah y que desde hace tiempo pide misioneros. Pero la misión más interesante y fácil de iniciar es la de Sierra Leona.

Todos los años me piden misioneros para estas colonias y acabo de recibir una nueva petición de parte del cónsul de España y Portugal residente allí”. (Carta conservada en los archivos de Propaganda, S,C Etiopia, Arabia, vol. 4, fol. 1060 R-1061 R)

Esta respuesta tiene su interés porque muestra que Mons. Barnabo, en su carta del 14 de Enero no hace alusión de que Mons. De Brésillac actúa bajo el consejo del señor Regis y es probable que una alusión hubiese cambiado muchas cosas. También se ve que Mons. Kobes sabía que el señor Regis insistía en la presencia de misioneros en Ouidah. Pero apoya el proyecto de Sierra Leona porque el cónsul de España escribe todos los años pidiendo misioneros. Se entiende perfectamente las razones que llevan a un cónsul católico a pedir insistentemente sacerdotes: quiere la misa de los domingos… y “los últimos sacramentos” si tiene que morir allí porque en Freetown y en numerosas ciudades de la costa, eran frecuentes las epidemias de fiebre amarilla que causaban estragos entre europeos y africanos.

La prueba es que cuando Mons. De Brésillac desembarca en Freetown el 14 de Mayo de 1859 se entera de la muerte del cónsul y vice-cónsul (Marion Brésillac, Journal 1856-59. Editions Missions Africaines, 1985 p p 101).

El caballero Adolf Guilmar pedía jesuitas
En Propaganda estaban al corriente de las demandas del cónsul de España en Freetown; Mons. Kobes había transmitido la copia de una carta del 13 de Mayo de 1853, firmada por el “caballero Adolf Guilmar de Aragón, presidente de la asociación católica y comendador de San Gregorio el Grande” En ella pedía jesuitas para Freetown porque pensaba que “la tierra sembrada por sus poderosas manos no se queda estéril, al contrario, la tierra fecundada por ellos se ve producir cosechas abundantes de fe viva y sincera”. Hasta Propaganda había impreso ese texto y lo había incluido en el estudio de un proyecto de dividir el vicariato de las Dos-Guineas, presentado por Mons. Kobes.

El puerto y las colinas de Freetown

Para Mons. De Brésillac es el inicio de una espera, gracias a Dios está muy ocupado en sus predicaciones para reclutar candidatos y recoger dinero para su futura misión. De vez en cuando escribe a Propaganda para ponerle al corriente del estado de su proyecto y desea recibir lo antes posible la noticia de su nombramiento.

En Abril de 1857 Propaganda toma la decisión: será en Sierra Leona donde Mons. De Brésillac será más útil. El 27 de Abril el cardenal Barnabo le comunica la noticia por carta ¡pero la carta se pierde!

Por fin la respuesta
Como no recibe noticia alguna de Roma, el 28 de Agosto, Mons. De Brésillac, pide noticias con mucha delicadeza: “Creo haberle escrito de nuevo poniéndole al corriente de la situación de mi empresa y solicitar de la Sagrada Congregación que me sea permitido ir a abrir una misión en uno de los lugares más abandonados, especialmente en el Dahomey si me otorga su autorización”.

El cardenal Barnabo se da cuenta de que no ha recibido su carta del 27 de Abril y le envía una copia el 12 de Septiembre de 1857 y Mons. De Brésillac se entera de que “Respondiendo a diversas cartas de su eminencia a la Sagrada Congregación deseando ser enviada con sus socios al Dahomey con el fin de fundar allí una misión católica, me apresuro a decirle que, según las informaciones desfavorables que hemos recibido sobre la situación de nuestros misioneros en esos lugares, no se puede establecer esa tan deseada misión (…) (Si acepta asumir la responsabilidad del vicariato apostólico de Sierra Leona) podría fácilmente realizar sus deseos para el bien de esos pueblos que desde hace tiempo reclaman la presencia de misioneros católicos”.

El 25 de Septiembre de 1857, Mons. de Brésillac da a conocer la reacción de la SMA:

“Enseguida. Eminencia, di a conocer el contenido de esas cartas a mis asociados y tengo el placer de comunicarle que al instante aceptaron con espíritu de desprendimiento, que espero continúe animando nuestra Sociedad, del primer proyecto de iniciar nuestra obra en Dahomey para aceptar pura y simplemente la opción de la Sagrada Congregación de la Propaganda”.

Pierre Trichet. SMA